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15 abr 2024 Una historia irreal que produce confusión y perdida de dinero Un libro Pagar sin sentido

Lo que América le debe a España: El legado español en el Nuevo Mundo (NO FICCIÓN) Tapa blanda – 4 octubre 2023

de Marcelo Gullo Omodeo (Autor)

4,5 4,5 de 5 estrellas    101 valoraciones

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Marcelo Gullo vuelve con una obra monumental que ensalza la huella imperecedera que dejó España en América: la creación de la Hispanidad.

El encuentro de España con América fue un acontecimiento trascendental, y el legado que allí quedó, una huella imperecedera. El prestigioso historiador Marcelo Gullo aborda en esta obra la necesidad de comprender adecuadamente la Historia de España e Hispanoamérica, los lazos y los innumerables puntos en común que nos unen, huyendo así de la historia falseada y manipulada que se ha transmitido desde hace décadas. Con la creación de la Hispanidad, América recibió los valores de Europa a través de España: los habitantes de América disfrutaron de plenos derechos y fueron súbditos libres de la Corona española y se beneficiaron de la lengua, la cultura y todos sus valores.  Este libro desmonta, punto por punto y con argumentos irrefutables, que España nunca consideró el Nuevo Mundo como una mera fuente de riquezas.

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EL DEBATE SOBRE EL CÁLCULO ECONÓMICO SOCIALISTA

La tesis de la imposibilidad del cálculo económico socialista

Toda la crítica de la economía burguesa al socialismo se reduce en última instancia a negar que pueda existir otra forma de cálculo económico racional que no sea el que realiza espontáneamente el mercado a través del dinero y la formación competitiva de precios. Más concretamente, esta crítica sostiene que en ausencia de un mercado de factores de producción (medios de producción y fuerza de trabajo) y sin contar con el dinero como unidad de cuenta, resulta imposible calcular costes, comparar la eficiencia de los distintos procesos productivos y, en consecuencia, asignar de forma óptima los recursos a los distintos fines, por lo que la racionalidad económica desaparece, haciendo del socialismo un sistema inherentemente ineficiente.

Esta idea, conocida en la literatura económica como «tesis de la imposibilidad del socialismo», fue formulada a inicios del pasado siglo y desde entonces presenta dos vertientes que, en buena medida, se han desarrollado en paralelo:

i) Imposibilidad práctica. Aunque existen diversos antecedentes, el debate sobre la posibilidad del cálculo económico en una economía socialista arranca formalmente en 1908 con el artículo de Enrico Barone «El ministro de la producción en un Estado colectivista» (Barone 1998). Desde el marco de la teoría walrasiana del equilibrio general, este autor consideraba que los precios constituyen la solución a un sistema de ecuaciones simultáneas que pueden obtenerse bien de forma espontánea en el mercado o bien por una agencia de planificación en una economía socializada. En la base de esta interpretación está el reconocimiento de similitud formal entre los dos sistemas que, desde un punto de vista estrictamente teórico, haría posible el cálculo económico en el socialismo. Sin embargo, Barone entendía que ese cálculo sería imposible en la práctica dada la ingente cantidad de información que debería recabar la autoridad central, así como la complejidad de las operaciones necesarias para llevarlo a cabo. El socialismo sería lógicamente posible (pues no habría ningún impedimento formal, de consistencia lógica, para que funcione) pero en la práctica irrealizable.

ii) Imposibilidad teórica. La otra vertiente, iniciada en los años 20 del pasado siglo, basada en la teoría subjetiva del valor y ligada a la «escuela austriaca» de Mises y Hayek (Mises 1949, y Hayek 1997), destacaba la imposibilidad de estimar costes y, en consecuencia, de determinar las combinaciones productivas más eficientes en ausencia de un mecanismo de precios y de una verdadera unidad de cuenta alternativa al dinero (descartaban el trabajo por su heterogeneidad y también el cálculo en especie, como propuso Otto Neurath en 1919 a partir de la experiencia de las economías de guerra). De este modo, la imposibilidad del socialismo sería no solo práctica, por insuficiencia técnica para llevar a cabo los cálculos necesarios para estimar el valor de los distintos bienes y servicios, sino también de inconsistencia lógica o teórica, debido a la ausencia del mecanismo de precios. Es esta perspectiva la que, finalmente, ha acabado por asumirse en la literatura económica convencional, y también para el público general (popularizada por el oligopolio mediático), como «tesis de la imposibilidad del cálculo económico en el socialismo».

La crítica neoclásica basada en la teoría del equilibrio general tendría, por lo tanto, un carácter eminentemente «técnico», de carácter computacional, centrada en señalar el insuficiente desarrollo científico-técnico existente para resolver los enormes problemas de cálculo en una economía compleja socializada, mientras la crítica austriaca tendría un carácter más «económico», destacando que solo el mercado (cuya base es la propiedad privada de los medios de producción) genera el tipo de información necesaria para el cálculo económico racional. El resultado inevitable sería, en cualquier caso, que la única forma de contabilidad económica racional posible es la que proporciona espontáneamente el mercado. En ausencia de precios de mercado, una economía planificada sería incapaz de calcular costes y de asignar recursos de un modo eficiente.